El camino de los advisory boards a los directorios
Escrito por: Martin SalasPublicado en revista Semana Económica el 01/05/2021
Estos consejeros no son unos ‘go-boys/girls’ y los dueños no deben buscarlos solo por amistad, porque estarían perdiendo tiempo y dinero al agregar solo un eco a sus opiniones. Un consejo consultivo no es un club de amigos y debe tener el suficiente poder de convencimiento para ser escuchado.
La naturaleza no legal del advisory board le da una flexibilidad y una dinámica especiales a las sesiones, y a la relación consejeros-dueños. El consejo no es vinculante y, en su interior, no se crean grupos antagónicos por intereses subalternos o por representación de algunos accionistas. Es un excelente campo de práctica para un directorio ya formalmente constituido y vinculante.
Una ventaja adicional es que mucho más ‘talento consejero’ puede estar motivado e interesado en unirse a un advisory board que a un directorio formal, por las posibles consecuencias legales de las decisiones de la empresa, y su potencial impacto reputacional e incluso patrimonial en los directores.
Entonces, ¿para qué tener un directorio? Precisamente porque el marco legal de sus decisiones, y su naturaleza legal y vinculante, le agrega valor a la empresa y la coloca en una posición beneficiosa en su relación con sus stakeholders. Precisamente por este motivo, la naturaleza del consejo consultivo debería ser temporal, y preparar a los dueños y a la empresa para una dinámica de gobierno corporativo más formal y estructurada. Un win-win.
